El Festival de la Leyenda Vallenata
ha sido durante 45 años un homenaje al acordeón, la caja y la guacharaca,
creando letras, melodías de historias que interpretan los compositores, e integrando
una nota exacta hasta meterse en el pentagrama del mundo en forma de sabanales,
lirios rojos, mujeres y personajes que tienen su propia identidad. El andariego
y magistral Calixto Ochoa, hoy le deja un gran legado a su hijo Rolando Ochoa,
actual acordeonero de Silvestre Dangond, a quien se refiere como “el mejor
acordeonero del mundo”. Así, es el padre de Rolando, el maestro Calixto Ochoa, quien
es homenajeado en un Festival donde la inspiración surge del corazón y la
pasión del acordeón, en un alma de ritmo y folclor, es sin duda alguna el “Rey
Pelé” de la composición folclórica colombiana.
“Para dar un
beso no se pide ningún permiso porque el amor es libre, por eso le dije a mi
amada: démelo cuando quiera… La mujer marca la vida de todo hombre porque es la
diosa del amor. Ya lo dije que una casa sin mujer no es más que un infierno y
añado, una casa sin mujer es como un velorio sin gente”. Afirma el Maestreo
Calixto, al inspirarse en la mujer.
Quedarán para la historia las mil
123 canciones grabadas, como “La
Plata”, “El Pirulino”, “Así no se puede vivir”, “Deliri”, “No
vale la pena”, “Los sabanales”, “El Lirio Rojo”. No en vano Calixto ostenta el
record de ser el compositor al que mayor número de obras le han grabado durante
su carrera música. Su estilo se identificaba por conservar una forma única de
narrar poesía, filosofía y picaresca en una sola canción. El presidente Juan
Manuel Santos, se refirió a las composiciones de Calixto Ochoa: “las cuales
forman parte de la vida y la tradición de los colombianos, hasta cruzar
fronteras y convertirse en merengues que fueron interpretados por Wilfrido
Vargas, Frank Pourcel o Paul Mauriat”.
“Las
canciones de Calixto Ochoa forman parte de la vida y la tradición de los
colombianos”: Juan Manuel Santos
La Música Vallenata, es la música
de todo nuestro Caribe, y consideran a Valledupar como Meca de una religión
feliz que hace de los acordeones, guitarras, cajas y guacharacas, las armas de
persuasión para que la sociedad Caribe quede inmersa en el orgullo de haber
dotado a Colombia de un símbolo universal. Así el Festival de la Leyenda aunque
sea distinto a un Sanjuanero, es el folclor, la similitud de las usanzas y el
ambiente fiestero lo que une a dos culturas regionalistas de Colombia. Valledupar
educa a su comunidad con paseos, los alimenta con sones, los estimula con
merengues y la cría con puyas, es la tierra donde cada año se elige un Rey
Vallenato, que nos representa a nivel mundial.
El Presidente
de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, Rodolfo Molina Araujo,
expresó: “Fui testigo de los primeros pasos, de las carreras, y de las
parrandas, vi crecer musicalmente a Oñate y a Zuleta, vi nacer como artista a
Diomedes, y mi casa fue la del viejo Emiliano, Lorenzo Morales, Alejo Durán,
Colacho, Andrés Landero, Alfredo Gutiérrez, y de todos los compositores entre
los cuales brillaba -sin duda- el ingenio de Calixto Ochoa”.