Es increíble ver como aún se celebran
bodas de oro si ni siquiera el único tipo que nos “cae” puede durar más de un
mes sin desaparecerse, es más, cuando
bien nos va, el susodicho resucita a los
otros dos meses con un emoticón o un profundo: “¿Pola o miedo?”; si, el clásico
gitano mamerto del siglo 21.
El virus del amor perecedero se ha
venido propagando hasta convertirse en el referente actual más fuerte: un amor
esquivo al amor, menos romántico, menos tolerante, más superficial, lleno de
miedos y muy lejos de la palabra lealtad, por no llamarlo compromiso; pero, ¿por
qué?, ¿quiénes serían los pioneros?, ¿nosotras?, ¿ellos? En una entrada
anterior de mi blog victimicé a las mujeres, pero en esta oportunidad es
necesario poner las cartas sobre la mesa y dejar entrever porqué muchas veces
somos nosotras las libretistas de esas cortas y efímeras historias de amor,
pues hemos dedicado la vida entera a que nos entiendan y complazcan y no a
autoevaluarnos. Para ello he retomado algunas notas mentales y he creado unas
nuevas las cuales nos podrían “facilitar” nuestra incierta vida amorosa, ya
veremos.
Primera regla cliché pero de oro: no
espere encontrar al papá de sus hijos en un paseo de finca o en una noche de
tragos, en una visita de puente festivo que él haga en su ciudad o mucho menos
en una ocasión que combine todas las anteriores. Es claro que lo que menos
buscaba el hombre en este tipo de planes era a la mamá de sus hijos y a un cura
que los casara, así que no se queje después si eso no tuvo futuro.
Ahora bien, si de reglas cliché se
trata, tampoco pretenda que alguien quiera tener algo estable con usted si
acabó de terminar una relación larga, lo máximo que éste buscaría sería una
vieja con quien divertirse, bueno, a menos que sea un hombre con la teoría del “clavo”
en su libro mental, que recurre a la novedad (usted) para desterrar “a las
malas” los fantasmas del pasado (la ex) que él solo no pudo hacer (porque le
quedó grande) y sin querer termine bien tragado otra vez, por puro accidente.
Tercera nota mental: sea clara y
honesta, la habilidad menos desarrollada en los hombres podría ser la intuición.
Ellos no son brujos capaces de leer nuestro pensamiento ni mucho menos mujeres
que entiendan nuestras indirectas; si no le gusta el “man” no lo deje en el
famoso limbo de la “friend zone”, porque daña de por vida al pobre tipo y si al
contrario le interesa, no se las dé de “mujer que vale la pena” poniéndolo a
prueba con una larga espera, mientras el
tipo adivina qué es lo que usted quiere, ya eso pasó de moda.
Algo igualmente “old fashioned” es
seguir esperando a que el árbol de mango dé peras; el hombre es tan distinto a
la mujer como un gato a un perro, así pertenezcan a un mismo reino. No pretenda
que el gato le reciba efusivamente como lo hace su perro, y no es que uno sea
mejor que el otro, simplemente son seres con personalidades diferentes compartiendo
un mismo entorno; así que no espere que el hombre, por ser humano como usted,
le retribuya con los mismos detalles que
usted le da, no espere que éste viva siempre en pro de sorprenderla, de recordar todas las fechas especiales con hora
y lugar y que haga las veces de cuenta chistes, psicólogo, adivino, y chef en
esa fecha mensual en la que nadie nos soporta, pues jamás serán detalles
propios de su naturaleza sino aprendidos socialmente, debemos aprender a
aceptarlo y a aceptar sus diferentes manifestaciones de amor, menos las que
puedan atentar con nuestra integridad. Si usted se enoja porque él no es igual
de especial a usted, debería enojarse entonces cuando muerda el mango y no le
sepa a pera, así de simple, ah!, y si muerde el mango y no le gustó ese sabor a
mango, bótelo a la basura, es muy fácil, aplica también con los hombres.
Y siguiendo con ese afán femenino de
ser especial, recuerde que no siempre puede complacerle en todo lo que él diga,
no olvide que usted también tiene una vida y un lugar que debe darse, la idea no
es ser la clásica mamerta rogada, es buscar un equilibrio, algo en la mitad. Si
usted es de las que casi siempre le corre a cualquier hora y le cae donde esté parchando por más en la “porra”
que sea – “porque una debe ser descomplicada, chévere y todo terreno”-, le está
mandando un mensaje que él recibe erróneamente: “mujer disponible 24/7, mujer
que puedo tener cuando quiera, donde quiera, a la hora que quiera= mujer poco
interesante”. Qué malos entendedores ¿o no?
Ya para cerrar el tema de la salidas,
y de paso finalizar las líneas, trate de
no ver al tipo como una tarjeta de
crédito con “patas”, que le tenga que invitar hasta el tumix después del
almuerzo, ¡No!, no hay nada peor que una vieja “gasolinera” –como decimos en el
Espinal- que esté esperando siempre el hombre le gaste- ¡qué oso! –. Hagamos
que nuestros actos sean coherentes con la famosa igualdad de género de la que nos
encanta hablar en las redes sociales.
¡Objeción!, sí hay algo peor que una
mujer “gasolinera” y una mujer 24/7, una
mujer que a causa de la soledad busque compañía a cualquier precio y se olvide de
sus propios sueños para empezar a perseguir sueños ajenos, una mujer llena de
prejuicios que tome sus decisiones
basada en las malas experiencias del pasado. La vida es demasiado corta para perder el
tiempo con amores que desde un principio se saben que serán perjudiciales y
pasajeros, también para dejar perder oportunidades con personajes con los que
tal vez si podamos escribir una buena historia de amor, nuestra favorita por la
eternidad.
By Erika Medina Arteaga