viernes, 16 de septiembre de 2016

Un fotógrafo ciego rompe todos los paradigmas en los Juegos Paralímpicos de Río.


Joao Maia, de 41 años, perdió la visión casi por completo a los 28 debido a una uveítis que le afectó a ambos ojos. No es capaz de ver el resultado de su trabajo, lo que no le ha impedido ser el primer fotógrafo ciego que cubre unos Juegos Paralímpicos. Lo que más le gusta es captar imágenes de deportes con más movimiento y, en especial, el atletismo, un deporte al que él se dedicó después de quedarse ciego.

Una máxima de la fotografía reza que una cámara buena no es sinónimo de fotos buenas, porque la calidad depende de los ojos del profesional, pero este axioma fue triturado en pedazos cuando el brasileño João Maia se convirtió en el primer fotógrafo ciego que cubre unos Juegos Paralímpicos.


En los Juegos, usa una cámara profesional, pero se sirve apenas de una lente de 50 milímetros, la distancia focal que, según los fotógrafos, es más parecida a la visión humana, ya que no puede costearse los caros teleobjetivos que usan sus colegas de profesión.

Espera que todo este reconocimiento se traduzca en llamadas telefónicas una vez que acabe el evento deportivo, para conseguir empleo relacionado con la profesión que ama. "Para mí sería una gran felicidad no sólo ser reconocido, sino poderme ganarme el pan como fotógrafo", comenta. También le agradaría impartir seminarios sobre fotografía. Actualmente, ya dirige un taller de fotografía en Sao Paulo en el que enseña a adolescentes las reglas de composición básicas y sobre todo, que no hace falta tener ojos para tomar una buena imagen.